Regionalización y universalización en el sector de agua y saneamiento: desafíos y oportunidades en América Latina

El acceso universal al agua y saneamiento sigue siendo un desafío para América Latina. Mientras los países desarrollados han avanzado hacia la consolidación de sus servicios, enfrentando problemas relacionados con la contaminación y los costos elevados de gestión, la región latinoamericana aún enfrenta retos básicos como la cobertura y la calidad de los servicios.

En los países desarrollados, la cobertura de agua potable y alcantarillado es casi total. Allí, los esfuerzos están más enfocados en mitigar problemas de contaminación hídrica causada por intensivas actividades agrícolas e industriales y reducir los costos del tratamiento de las aguas residuales urbanas. En contraste, América Latina enfrenta problemas primarios: grandes sectores de la población carecen de acceso adecuado al agua y, aún más, a sistemas de alcantarillado.

Según el Banco Mundial, un acceso “adecuado” implica no gastar más de media hora en obtener agua potable, un estándar que muchas comunidades rurales y urbanas de la región no alcanzan.

Carlos Morosoli, consultor de Quantum America, destaca que, además de las limitaciones de acceso, el financiamiento para mejorar estos servicios es escaso y está fragmentado. Esto se debe, en gran parte, a la estructura atomizada del sector en América Latina, donde pequeños municipios gestionan sus servicios de manera independiente, lo que reduce su capacidad para atraer inversiones y recursos técnicos.

Uno de los mayores problemas del sector es la atomización. En Brasil, por ejemplo, hay más de 5.500 municipios, algunos con menos de 500 habitantes, que gestionan sus servicios de agua y alcantarillado de forma autónoma. Esta fragmentación no permite aprovechar economías de escala ni facilita la gestión eficiente de recursos, lo que muchas veces amenaza la sustentabilidad financiera del prestador

 

Según Morosoli, los prestadores pequeños enfrentan dificultades para obtener financiamiento en condiciones favorables, mientras que entidades más grandes, que atienden a cientos de miles de personas, pueden recurrir a bancos internacionales, organismos de fomento o incluso emitir deuda a costos más bajos. Asimismo, la capacidad de gestión también es limitada en prestadores pequeños, que no pueden sostener equipos técnicos especializados ni estructuras administrativas complejas.

Regionalización como respuesta

La regionalización surge como una solución para superar estos desafíos. Este modelo permite consolidar la prestación de servicios en áreas más amplias, agrupando municipios o regiones bajo un único prestador. Entre sus ventajas, destacan:

  • Economías de escala y poder de mercado: Al atender a una población mayor, se diluyen los costos fijos, se mejora la eficiencia operativa y se realizan acuerdos comerciales más beneficiosos
  • Acceso al financiamiento: Prestadores más grandes tienen mayores posibilidades de acceder a créditos internacionales y financiamiento más barato.
  • Capacidad de gestión y técnica: Empresas regionales pueden formar equipos técnicos mejor preparados y diseñar estrategias más efectivas frente a desafíos como eventos climáticos extremos.
  • Más eficiente: Una prestación consolidada facilita la creación de agencias reguladoras más competentes y con mejores recursos, capaces de supervisar y garantizar la calidad del servicio.
  • Gestión más sostenible de los recursos hídricos a largo plazo mediante una gestión integrada de los recursos hídricos, la implementación de medidas de conservación y protección de los recursos hídricos.

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