Concepto de monopolio natural y estrategias regulatorias
Entendemos por monopolio natural a una forma de mercado en la cual naturalmente la industria solo puede operar de manera eficiente cuando hay un único oferente disponible, lo que significa que los consumidores no tienen opciones para elegir entre diferentes proveedores. Esto se debe, principalmente, a la existencia de barreras a la entrada que limitan la competencia.
En la mayoría de los casos, el monopolio natural existe por una cuestión de costos, ya que saldría excesivamente caro para todos los usuarios que existiera más de un proveedor, tal como ocurre en el sector de los servicios públicos.
Mariana De Santis, doctora en Economía y consultora de Quantum America, plantea la siguiente pregunta: “¿Qué pasaría si alguien dijera que el monopolio no es bueno y permitieran que haya otra empresa? En ese caso, no sólo tendríamos que invertir una gran cantidad de dinero, sino que habría que duplicar toda la infraestructura, lo cual físicamente es muy difícil”.
Por esta razón, subraya la importancia de que el Estado regule los monopolios naturales: “Si uno lo dejara en manos del mercado, el servicio de electricidad estaría solamente en zonas rentables, por ejemplo, ya que probablemente nadie lo llevaría a una zona rural. Se trataría de una falla de mercado, por eso es necesario intervenir”.
De Santis también hace hincapié en que el Estado debe exigir a las empresas que las tarifas tengan precios razonables, similares a los que tendrían en un entorno competitivo, para evitar abusos. Al mismo tiempo, insiste en la necesidad de regular para que el monopolio cumpla con las normas de calidad que los clientes piden.
Desafíos a los que se expone la regulación de monopolios
Una de las grandes desventajas que poseen los reguladores consiste en una asimetría informativa, esto es, que los agentes desconocen cuánto le cuesta realmente a la empresa proveer el servicio y por lo tanto, dificulta determinar la veracidad de las solicitudes de tarifas elevadas.
Por este motivo, resalta la importancia de otorgar incentivos a los monopolios regulados para que tiendan a revelar cuáles son los verdaderos costos. En tal sentido, se pueden diseñarse mecanismos que premien a las empresas que cumplen con metas de calidad de servicio e inversión en infraestructura sin incurrir en sobrecostos.
Otro desafío de las agencias reguladoras es garantizar que la empresa recupere el capital invertido y pueda cubrir sus costos. “Las compañías tienen que tener un beneficio equivalente al que obtendrían invirtiendo en sectores de riesgo similar, porque de lo contrario podrían retirarse del mercado. Por último, destaca que la regulación con incentivos ha generado un cambio de paradigma, la cual ya se ha implementado en distintos países del mundo, especialmente en el sector de distribución y transmisión eléctrica. “Hay que establecer tarifas que permitan generar beneficios para los inversores y sean accesibles para los usuarios, de lo contrario, el sistema no sería viable”, concluye.